La pandemia del covid-19 ha afectado al comportamiento de los delincuentes. Según fuentes diversas, como informes de compañías aseguradoras, las medidas adoptadas por las autoridades a raíz de la crisis sanitaria han provocado un aumento de los robos en las zonas de playa. El confinamiento de primavera y las limitaciones a los desplazamientos establecidas para contener la pandemia han obligado a los delincuentes a centrar su atención en las segundas viviendas, las cuales se sitúan generalmente en el litoral. En contraste con las viviendas principales (situadas en núcleos urbanos)  los ladrones se han desentendido de estas residencias al considerar que sus dueños iban a encontrarse allí.

Los datos se han obtenido por 27 aseguradoras que protegen 11,8 millones de viviendas en España, y después de analizar 78.000 robos ocurridos en inmuebles entre el verano de 2019 y el verano de 2020. Analizando estos datos de la variación interanual se confirmó que en 2019 los robos seguían la senda habitual de repunte en las vacaciones estivales y de Navidad, pero disminuyeron drásticamente durante la pasada primavera. La razón principal fue el confinamiento decretado el 14 de marzo del año 2020.

Se ha provocado un reparto territorial de los robos, siendo las provincias costeras aquellas que sufren mayor probabilidad de sufrir un robo, concretamente en el litoral mediterráneo. También pueden aparecer provincias del interior de la Península al tratarse de provincias próximas a Madrid donde abundan las segundas residencias. Según los datos, se ha producido un descenso de los robos significativo en la Comunidad de Madrid, situándose esta región por debajo de la media nacional en los 12 meses analizados. Una situación similar aunque menos acentuada se ha producido en las provincias de Guipúzkoa y Álava.

El aumento de los robos en las zonas costeras se ha dado porque los propietarios de viviendas en estas zonas han tenido impedimentos legales para disfrutar de sus casas de veraneo, por trabas como las cuarentenas o los cierres perimetrales.

En el año 2020 se ha podido agravar el coste de los robos. Según el informe, la indemnización media pagada por una aseguradora en España a raíz de un robo se situó en los 12 meses analizados en 1.333 euros, siendo los percances más graves en ciudades del litoral, en cuyo caso la cantidad osciló entre 1.600 y 1.700 euros. La razón es que mientras en un piso situado en la ciudad en ladrón intenta actuar con rapidez y sustrae objetos de valor pero poco voluminosos, los asaltos a inmuebles de veraneo y viviendas aisladas suelen conllevar indemnizaciones más elevadas, en esos casos los ladrones suelen disponer de más tiempo y calma para operar sin miedo a ser detectados.