El 90 % de los españoles se sienten más seguros en los lugares en los que hay Vigilantes de Seguridad. Se trata de una conclusión extraída de un estudio realizado por APROSER (Asociación Profesional de Compañías Privadas de Servicios de Seguridad). Los principales aspectos sobre la Seguridad Privada en nuestro país son la percepción y valoración del cometido de los vigilantes, los lugares en los que la seguridad privada debería consolidar o aumentar su presencia, la protección jurídica y el reconocimiento social de los profesionales.

Según el estudio, se ha detectado un crecimiento de la percepción positiva sobre el vigilante de seguridad, ya que en los últimos 5 años ha aumentado en 13 puntos porcentuales, hasta el 75 %, que valoran como buena o muy buena esta figura. Entre las percepciones de los españoles hacia el personal de seguridad privada, destacan que contribuyen a aumentar la seguridad ciudadana en general, que la función del vigilante es algo necesario y que son personas a quienes se puede acudir en busca de ayuda.

Los vigilantes de seguridad desarrollan sus funciones en lugares tan importantes como hospitales, bancos y cajas de ahorro, aeropuertos, edificios oficiales, centros comerciales, hoteles, urbanizaciones o centros comerciales.

Por otro lado, la pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto la presencia de los vigilantes en determinados lugares. El 85 % de los españoles considera que los profesionales de la seguridad privada que estén en contacto directo con ciudadanos deberían tener acceso preferente a equipos y medidas de protección, como la vacuna contra el COVID, mientras que el 94 % de los encuestados están de acuerdo en que los vigilantes tengan competencias como el control de aforos, el distanciamiento social y la medición de la temperatura corporal.

Los vigilantes de seguridad realizaron una importante labor desde la declaración del estado de alarma, contribuyendo, al igual que otros servicios esenciales, a preservar la seguridad de los ciudadanos, y se generó un aumento puntual de servicios en ciertos ámbitos, como en centros hospitalarios o el abastecimiento de alimentos. En el contexto actual de regreso paulatino a la normalidad, los profesionales de la seguridad privada pueden seguir aportando valor añadido a la sociedad, siempre al amparo de las funciones que la ley les atribuye expresamente.

El trabajo de los vigilantes se podría extrapolar a los espacios públicos en limitación de accesos o distanciamiento entre usuarios en las redes de transporte o en los supermercados, desempeñar nuevos servicios en sectores especialmente afectados por la crisis sanitaria y que precisen un reforzamiento y mayor visibilidad de sus sistemas de protección, como en el sector turístico, en el de centros culturales y deportivos o en la hostelería.

Los resultados de la encuesta arrojan una aprobación generalizada a una mayor presencia de los vigilantes de seguridad, especialmente para disuadir a posibles delincuentes. La presencia de vigilantes en España por habitante sigue siendo insuficiente en comparación con la media europea, teniendo España una media de 1 vigilante por cada 600 habitantes, mientras que en Europa hay uno por cada 250 habitantes.

Por último, un 63 % de los encuestados considera que los vigilantes de seguridad complementan adecuadamente las labores de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Policía y Guardia Civil).