La okupación ilegal se ha convertido en un grave problema que afecta sobretodo a grandes ciudades. La Comunidad de Madrid, Cataluña y Baleares son algunas de las comunidades más golpeadas por esta situación.

El Congreso aprobó en 2018 una modificación de la Ley de Enjuiciamiento Civil que acelera el proceso para agilizar el fin de la okupación ilegal de una vivienda, que afecta a particulares, a entidades sin ánimo de lucro y a entidades públicas propietarias de viviendas social.

El 70 % de las viviendas okupadas son propiedad de bancos, el 10 % de grandes propietarios y el 5% de pequeños. El problema del movimiento okupa es que ha aumentado en los últimos años, habiendo crecido un 60 % desde el año 2013, y produciéndose unas 12.000 usurpaciones al año, según la base de datos de denuncias recibidas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No obstante, es difícil conocer el alcance total de la okupación. Según el Instituto Cerdá, hay unas 260.000 personas en España ocupando viviendas sin permiso alguno.

Consejos para prevenir la okupación:

  • Alquilar la vivienda vacía, por un lado se suprime el hecho de tener que hacer frente a los numerosos gastos que genera un inmueble desocupado y por otro se favorece el acceso a la vivienda a personas que van a pagar por ella.
  • En caso de que la vivienda no se pueda alquilar, es recomendable visitar de forma regular la casa para que no se deteriore y dejar las persianas ligeramente levantadas para dar la sensación de que hay gente en el interior.
  • Avisar a los vecinos de que estén pendientes por si hay algún movimiento extraño en la vivienda. Los pisos más susceptibles de ser ocupados son aquellos en los que apenas vive nadie.
  • Instalar una puerta especial de alta resistencia, compuesta por materiales metálicos y sistemas que hacen casi imposible su apertura sin llave.
  • Instalación de un sistema de alarma, tanto de videovigilancia que compruebe el acceso e interior de la vivienda como de una central receptora de alarmas con aviso a la policía.
  • Si se trata de una comunidad de vecinos, disponer de un portero o conserje. En caso de que sea una urbanización de mayores dimensiones, disponer de una empresa de seguridad privada (con sus vigilantes y sus coches patrulla).
  • Algo tan simple como colocar un cartel de «Se vende» o «Se alquila» puede llamar la atención de los okupas, por tanto hay que evitarlo en la medida de lo posible.